viernes, 27 de abril de 2012

Y si el trazo se queda, ¡que hablen los colores!

Somos a cual más vanidoso, pero, casi siempre, esperamos nuestro turno para actuar. Algunos parecemos puro grito y otros sosa expresión, pero todos, si podemos, sabemos buscarnos buen compañero de parcela que nos realce. Algunos somos tipos fríos, otros más cálidos, unos quieren trato distante, a otros les encanta demostrar proximidad. En cualquier caso, quien nos maneja sabe que trata con tipos de cuidado, que, a veces, engañamos y, a veces, somos la generosidad que acaba siendo cielo, mar o un cielo de mar. Somos gente de caer bien y de caer mal, en eso está la gracia de ser gente como somos. Cuando caemos mal, nos ponen en pie y nos retiran, o, en el mejor de los casos, nos tapan con algún otro advenedizo que se cree la solución de todas las cosas. No nos ofendemos, es nuestra existencia. Y nunca renegamos de la mano que nos lleva, porque sabemos que nos estima en lo que somos.

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