altas, amenazan ser la última vida, el calor que nos cobije
antes del último gemido, la última esperanza, nuestro último aliento,
antes de encontrarnos solos en ese uniforme océano que diluye lo propio
en la nada. Caerán amables y cubrirán nuestros cuerpos en la última y
cálida noche. Será el principio del Todo, aquel del que nadie sabe nada.
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